Valle de Valdivielso desde el túnel de Tartalés de los Montes |
Tras un ratito de conducción nos merecemos un reparador café. Amás necesitamos cambio de aguas de modo que paramos en Oña.
Monumental villa donde la torre del monasterio lo preside todo. Una torre que dice !aquí estoy yo! y un conjunto urbano que merece la pena ver. Pero como la vimos nosotros. Con paz y el ajetreo cotidiano, el claxon del butanero, el repartidor de cervezas, el albañil, el resto silencio. Sin el ajetreo de cientos de turistas, no tengo nada contra ellos, hacen las cosas cuando tienen tiempo como lo hacía yo antaño.
El sol calienta la antigua villa condal y resinera, y nos alejamos por el cañón del Oca hacia la Horadada para dirigirnos al valle de Valdivielso.
El Oca entrega su caudal nacido allá lejos, por la sierra de la Demanda, después de pasar las generosas tierras de la Bureba. Y el Ebro, también encajonado y represado en el cañón las recibe. Después de pasar por Cereceda una pequeña subida por la N-232, antigua ruta de Santander para los riojanos y hoy prácticamente en el olvido, nos coloca en el valle. Una cantera de piedra nos recibe a la parte abajo de la montaña y nos da la bienvenida un pequeño valle, entre la meseta paramera y una sierra divisoria. Los cerezos ya florecieron y ya nos muestran sus pequeños frutos aún verdes, los campos de cereal ya casi espigan y arriba en el monte manchas de un verde claro nos dicen que robles y hayas vuelven vigorosos a la vida. Y más arriba de Puente Arenas el Ebro baja encajonado en el desfiladero de Los Hocinos para expandirse desde aquí en un pequeño valle.
Traemos dos objetivos. La ermita de San Pedro de Tejada en Puentearenas de Valdivielso y un pueblo cuyo nombre nos cuesta memorizar. Tartalés de los Montes donde nos hemos enterado de la existencia de una hermosa cascada. Vamos a ver si tenemos suerte y baja agua.
Como ya suele ser costumbre no localizo el puente que debía estar en Cereceda y cogimos otro más arriba. A falta de indicadores más precisos, dígase señales o indicadores cogimos hacia la derecha y llegamos a Hoz de Valdivielso donde vimos la señal. 1.5 Km La carretera??? muy estrecha y empinada impresiona, una vez en ella era difícil dar la vuelta pero seguimos. A la vuelta de una curva la vemos, ahí estaba. Y tenía agua.
Con las ansias por ver la cascada se nos olvidó que en esta población hay una hermosa iglesia románica pero...... como a veces digo a grandes males peores remedios. El mal es pequeño y podemos volver otra vez pero siempre hay alguien que nos ha colgado algo en la red y ahí nos dirigimos.
Comité de bienvenida en Tartalés de los Montes |
tartalés de los montes
relatos de tartalés
Bajamos de nuevo a Hoz dimos una vuelta por el pueblo y nos dirigimos a Quecedo pero antes paramos un momento en Valhermoso.
Bravant |
Aquí encontramos viejos utensilios, jubilados ya de su labor, destinados al olvido y a la corrosión. Testigos mudos de los cambios tecnológicos y de la evolución de la agricultura.
Antigua aventadora de mano |
La mañana va pasando y nos gustaría ver antes de comer le ermita de San Pedro de Tejada. Por tanto nos dirigimos hacia Puente Arenas que es la población donde está situada. Entramos por un camino de tierra como un kilómetro.
finca particular |
Pero al llegar nos encontramos con una sorpresa. La ermita está
enclavada en medio de una finca particular es de propiedad privada, está
vallada y tiene un horario de visitas aque hay que concertar por
teléfono. Indagando he conseguido saber por qué. Al ponerse en marcha la
desamortización de Mendizabal una familia se quedó con los terrenos y la
ermita.
San Pedro de Tejada |
Torre |
Una alambrada rodea toda la finca |
San Pedro de Tejada.
San Pedro de Tejada 2
San Pedro de Tejada (video)
Al volver a Puente Arenas buscamos un restaurante que se anunciaba en un cartel junto al puente y al no encontrarlo preguntamos a ina señora que pasaba por ahí. - está cerrado- nos contestó pero id donde casa Fonso en Valdenocedo, comeréis bien sin pasros de precio. Dicho y hecho seguimos la indicaciones y a nuestro parecer comimos a gusto, tranquilos, un cafelito, pá espabilar y una charlita con los parroquianos. Nos dicen que en un pueblo llamado El Almiñé hay otra iglesia románica, así que vamos pallá. Pero primero volvimos a Puente Arenas.
Antiguo palacio del Obispo Temiño |
El Ebro por Puente Arenas |
En El Almiñé la Iglesia ni está vallada ni en medio del campo sino en medio de la plaza. Le dimos la vuelta y la revuelta, sacamos fotos y bebimos agua, bien fresca por cierto. Por aquí pasa una calzada que enlazaba Burgos con el Norte y por donde se daba salida a la lana de Castilla y entrada al pescado de los puertos del Cantábrico.
Iglesia de San Nicolás |
La iglesia está algo más retocada que la de San Pedro pero no por ello tiene menos encanto.
Torre de San Nicolás |
San Nicolás |
Potro de Herrar |
Después de dar la vuelta decidimos volver por la Mazorra y subir al páramo, es primavera y los campos aún están verdes. El páramo es duro. Solitario y sobrecogedor, abrasador en verano y helador en el invierno.
Castillo de Poza de la Sal |
Al bajar por Poza de la Sal nos detuvimos un momento en la fortaleza. Vigía solitaria de la Bureba y del paso de las recuas muleras cargadas de sal.
Vista de la Bureba desde la base del Castillo de Poza |
Hasta la próxima.
Salú pa tós.
19-05-15
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