viernes, 27 de febrero de 2015

11.-Viaje al pasado en Navarra. La Valdorba Unzué y Etxano




Desde Unzue nevado


Al ponerse el sol cerca de Echano




Es viernes, final de Noviembre y como va de costumbre hoy no trabajo. Previamente habíamos acordado ir a la Valdorba. ¿Qué es la Valdorba? ¿Donde está?.
A ver como te lo explico. A medio camino entre Pamplona y Tafalla hay una serie de pequeños valles que dirigiéndose hacia el sur van formando la cuenca del río Zidacos. ¿Pero? ¿El Cidacos no pasa por Calahorra al otro lado del Ebro?. Así es. Mi interlocutor me mira con cara de sorpresa y le aclaro. Hay dos ríos que se llaman Cidacos. Uno a cada orilla del Ebro. El que ya conoces que termina en Calahorra y este otro mucho más pequeño, casi un arroyo que nace en unas montañas entre Pamplona y Tafalla que queda entre medio del Arga y del Aragón. Vamos que como el Jubera.  Así es.
Pues a esa zona se le llama. La Valdorba o Valle de Orba.
Aquí a escasos 40 km de Pamplona en la zona más alejada, una serie de pueblos, despoblados, ermitas y caseríos o diseminados sobreviven mas o menos en el piedemonte de las sierras de Alaiz, Izco y Guerinda. En algunas zonas la dificultad de cultivo de las tierras unido a la industrialización  y cercanía de Pamplona hicieron que sus habitantes dejaran el campo por el trabajo de la ciudad. Y quizá también a la inversa, la cercanía de Pamplona y Tafalla hace que haya personas que quieran vivir en un entorno tranquilo y sigan habitando o viniendo los fines de semana a estos pueblos aunque trabajen en la ciudad.
Nos ponemos en camino dirección a Tafalla. Pero preferimos ir primero a la parte norte y entrando desde Puente la Reina nos dirigimos hacia Campanas (Tiebas) y aquí tomamos dirección Tafalla para desviarnos hacia Unzué.

Unzue
   
Unzue se tiende sobre una solana al pie de la peña. Cuesta arriba seguimos hasta la iglesia, por el camino palacios antiguos y casas solariegas










Oloriz



Llegamos a Oloriz. Cuando nos acercamos a la iglesia vemos que está abierta. Cuatro o cinco personas están preparando un nacimiento. Charlamos un poco de lo divino y de lo humano, de como discurre la vida por esos lugares, de la poca gente que queda.
¿Ya conocéis Echano? nos interpela uno de los contertulios con un deje muy claro de esa zona. Le comento que yo si pero que he traído a mi acompañante para que lo vea



La iglesia dedicada a San Bartolomé apunta a un románico tardío, influenciado por el Císter, muros limpios con escas decoración y los arcos ligeramente apuntados. 

Interior iglesia

Virgen del Río  Oloriz

A un lado de la plaza mayor el palacio del señor de Oloriz.

Oloriz
Románico en Navarra

Ya desde Oloriz nos dirigimos a buscar la ermita de San Pedro de Echano. Yo ya he estado varias veces pero le oculto informacion a mi acompañante con el fin de darle una sorpresa.
A la derecha del camino sobre un montículo una ermita. Solitaria, desafíando al tiempo. El campanil, huérfano de campana, apuntando al cielo. Además al subir la pequeña cuesta y acercarnos se ve que está un poco torcido.
Esto es lo que me ibas a enseñar? ¿tu que crees? Que es demasiado simple y austero. No sé. Bueno luego lo vemos lo que te quiero enseñar está aun par de kilómetros.



Ermita de Arrazubi
Ermita de Arrazubi


Se trata de la ermita de Arrazubi que en su día fue un lugar poblado como muchos otros donde hay ermitas, las casas y el palacio se cayeron y la gente siguió durante algún tiempo cuidando las ermitas y rindiendo culto a los santos patrones de la localidad. Solamente queda en pie la ermita.

Arrazubi

Seguimos por el camino asfaltado. Carrascas, aliagas y plantas aromáticas en las laderas, calambrujos en los ribazos y junto al río sembrados de cereal. A la vuelta de un recodo aparece el campanario.

San Pedro de Echano
San Pedro de Echano




 Aquí aún quedan las campanas, La silueta lineal vista de frente no nos deja adivinar su tesoro. En el lateral una portada románica de excepción. Sin duda de las mejores de Navarra.

 
Portada de San Pedro de Echano.
Aunque no soy experto en arte, reconozco que la arquitectura y la escultura románica me fascinan tanto por su variedad, su finura y sus emplazamientos, muchos de estos en entornos rurales prácticamente abandonados como esta ermita solitaria a más de dos kilometros del núcleo habitado más próximo.
No se sabe a ciencia cierta si fue un cenobio, lo la iglesia del lugar o la capilla de una casa palaciega, entendamos palacio como la casa del señor del lugar, es la interpretación mas aceptada como válida, . Las ruinas del lugar llamado Echano están en la lader, entre los árboles, pero un poquito alejadas de la ermita.
En breves líneas dentro de la riqueza ornamental de la portada destaca una de las arquivoltas en la que la variedad de personajes profanos, músicos, representados como sentados a una mesa y como presididos por un personaje de dos cabezas le da una singularidad excepcional.

Pienso que la interpretación de la portada y todo el conjunto es mejor dejárselo a los expertos y por ello les remito a estos enlaces. Estos enlaces tanto en texto como en calidad de fotografías les permitirán sacar sus propias conclusiones y disfrutar del contenido mucho mejor que si se lo contara yo.  
 
La fiesta de Jano en San Pedro de Etxano

Etxano El romanico en Navarra A. Ortega
Detalle de la arquivolta
 Romanico aragonés A García Omedes
 Románica o el banquete de los locos




Canecillo

Personaje con dos cabezas ¿Jano? y dovela clave















Una visión mucho más completa de y detallada de los pueblos la encontrarán aquí

Valdorba










Hasta la próxima
Salú pa tós

viernes, 20 de febrero de 2015

10.- Por un rincón de la Rioja Alta II Entre Anguciana y Treviana



Ya llegaron las cigüeñas
 
Ha salido un día bueno y tras las últimas, y fuertes nevadas decidimos volver por esta zona.
Ya han vuelto las cigüeñas, si es que algún día se fueron. En la primera entrada dijimos que volveríamos por Sajazarra entre semana para que las fotos la pudieramos hacer con más comodidad sin la presencia de coches o personas. Como de costumbre quedamos en el aparcamiento de los cines y salimos hacia nuestro destino.  Para acercarnos decidimos cambiar la ruta de acceso. En lugar de seguir la ruta clásica por la carretera de Vitoria/Santander o sea por Fuenmayor, Cenicero y Briones decidimos seguir por la autovía del Camino que no lleva abierta ni un año hasta Santo Domingo y bajar por las variantes de Castañares y Casalarreina hasta llegar a Sajazarra sin pasar por ninguna población. En Km nos sale parecido pero ganamos bastante tiempo. Además evitamos los camiones de la 232. Directamente al objetivo. Y de paso observamos desde la zona de San Antón la grandiosidad de la Sierra de la Demanda en plenitud. Hay nieve en la montaña, y mucha. La luz de la mañana resalta las sombras de las laderas resaltando los picos donde da el sol.


Antes de llegar, en una rotonda vemos  Anguciana 5 Km. ¿Qué hacemos? Pues lo de siempre  desvianos un poco del camino para ver cosas nuevas. Nunca antes habíamos estado ninguno de los dos en Anguciana. Lo primero que nos encontramos es un barrio residencial que suponemos de findesemaneros o veraneantes del vecino país vasco. Algunos los llaman cariñosamente los Iñakis y las Arantxas. Ambos nombres muy abundantes en la citada zona.

Torre de Anguciana
   
La sorpresa nos llega al cruzar un puente. Un torreón imponente al otro lado del río. Buena señal. Hay tema para las fotos. Además el río Tirón, que acaba de recibir las aguas del Glera o el Oja  abundante en agua con un color de deshielo.
Lo primero que hacemos, pues ya lo sabrás ustedes, cambiar líquidos. Uno se queda aliviado cuando evacúa y reconfortado después cuando se toma un cafelito caliente. Y vamos pal asunto.





Nos dirigimos a la plaza mayor, muy bien cuidada, con paso limitado de vahículos. Al fondo la torre y la iglesia con su correpondiente cigüeña. Al lado a su izquierda el ayuntamiento y sus soportales de arco, a nuestra derecha unos soportales más simples, cuadrados y escalonados por casas.




 
Nos dirigimos hacia la torre. antes de llegar veo un pequeño callejón que baja hacia el río. Un canal me indica la posibilidad de que haya o haya habido un molino. Movido por la curiosidad me asomo a una puerta desvencijada de lo que en su día podría ser una huerta y encuentro la prueba, una rueda, rota y arrinconada al lado de la puerta, casi cubierta por la tierra.




 
 La torre tiene un aspecto como debe ser una torre de defensa. Cuadrada y sólida.
Como solía ser habitual en la Edad Media poblaciones enteras cambiaban de dueño y Anguciana no iba a ser una excepción. En el siglo XII la dueña del lugar dona su casa y sus posesiones al monasterio de Santa María la Real de Nájera. En el siglo XIV pasa a posesión de los Salcedo como señorío de manos del rey Enrique III de Castilla como pago a los servicios realizados por Alfonso de Salcedo a su padre Juan I. Además se le permite edificar un torreón de defensa.

Hay una cosa que nos extraña, son los edificios que la rodean. Tienen aspecto de colegio de frailes o algo parecido. Y en efecto lo fue en su tiempo. Allá por los años 20 del siglo pasado se vendió la torre, y el palacio anexo, que posteriormente fue derribado, a unos frailes franciscanos de Perú. Ahora es de propiedad particular.
Un descendiente de la antigua familia propietaria nos lo explica aquí.

La torre de Anguciana
Después nos dirigimos al puente. La mañana aunque ha helado un poquito resulta agradable. El Tirón baja un poquito abundante.

Reloj de sol en la iglesia de Anguciana





El reloj de sol de la iglesia nos dice que hay que ir a otro lado y tomamos ya rumbo a Saja.











Vista de Sajazarra

 
Al llegar a Saja, como se llamó en tiempos dejamos el coche a la entrada del pueblo y seguimos un poco a pie por un paseo al lado del río. Es la zona de las bodegas. Volvemos sobre nuestros pasos y cruzamos el puente.


Calle de Saja





Casas de piedra, muy bien cuidadas, antiguas casas de nobles o como diría alguno de gente pudiente, aunque solo lo fuera de nombre, iglesia,  murallas que se cayeron hace poco tiempo y que se acaban de reconstruir. Me acabo de enterar "por la prensa" que nosotros no le vimos, que estuvo por aquí el mandamás de la región para verla.



Y claro si por algo es conocido Sajazarra es por su castillo, imponente, dominador del paisaje.






















Sajazarra

En un cartulario del monasterio de San Millán de la cogolla se cita la donación al monasterio que el rey de Pamplona  "Sancho el de Peñalén" en el año 1075 hacía tierras con el nombre de Saggazarra.
a mediados del siglo XV funda en conjunto con Pancorbo, Miranda de Ebro, Vitoria y Salvatierra la Hermandad de Álava.
Al pasar la villa a señorío de los Velasco fue perteneciendo a sucesivos descendientes que fueron haciéndose cada vez más poderosos llegando a formar parte de la Grandeza de España.
Con el paso del tiempo el castillo fue deteriorándose hasta tal punto que en 1959 se derrumbó parte de la torre.
El castillo fue adquirido por su actual propietario que en los años 1970 y 1971 acometió una reconstrucción total que le da el aspecto actual.


La única puerta que queda de la muralla

Además del castillo Sajazarra es un monumento en su conjunto, Quedan pocos restos de la muralla, reparada recientemente tras un derrumbe y casas nobiliarias como las de los Loma-Osorio o los Ruiz de Loizaga










Casa de los Ruiz de Loizaga


Reloj de sol en casa Ruiz de Loizaga




Y si el castillo es imponente, imponentes fueron los bocatas que nos pusieron en el bar. Bocatas de a media barra con buen relleno no son buenos para eliminar mis abundantes mantecas. Ignoro si el señor del castillo comerá caviar, angulas u otras sutilezas inaccesibles a nuestros bolsillos, pero seguro que no le sabrá tan bueno como a nosotros nos supo el bocata.

Tras dar final feliz al bocata fuimos a la ermita se Santa María de Cillas la patrona del pueblo.
En su origen fue una iglesia románica que debió atender a los habitantes de la aldea del mismo nombre. El topónimo puede que haga referencia a bodegas pues es lo que significa cella en latín, bodega, granero o despensa.
Del edificio original queda muy poco pero de lo que si quedan huellas es de los vándalos o bárbaros modernos. Todo un conjunto de mesas y bancos destrozados en la campa anexa a la ermita. Y no parece obra de ningún gamberro a no ser que haya venido con un bulldozer o similar porque incluso las varillas de acero están cortadas. Más bien parece un auto de mala fe.

Desde aquí encaminamos nuestros pasos a Treviana. Tras pasar un momento por la ermita de Junquera también de origen románico, donde en tiempos hubo una aldea perteneciente a Treviana. Un  par de albañiles se disponía a reparar los sillares de la parte inferior carcomidos por el tiempo.


Panorámica de Treviana


Treviana se recuesta al sol, sobre una ladera. Al llegar oimos el carillón de un reloj dando la hora y encaramos la cuesta hacia la iglesia. Ahí en una plaza el ayuntamiento, y en su fachada un reloj con las horas en forma de corazón. Ahora al sonar de nuevo miro hacia las campanas de la torre pero no veo nada que golpee las campanas. Realmente el sonido es envolvente, como ese de los cines, no sabes exactamente de donde viene.






Reloj del ayuntamiento (Treviana)




Preguntamos a una señora y nos contesta que del reloj. Hacía tiempo que no escuchaba un sonido tan hermoso. Vuelta al pueblo y con las fotos de rigor seguimos a la carretera hasta San Millán de Yécora en el límite con tierras burgalesas.






Nos dirigimos hacia San Millán de Yécora. La laderas junto a la carretera rezumaban e incluso alguna ladera estaba caída sobre la carretera.  El pueblo muy pequeño, unos 50 habitantes, tiene unas casas coquetas y algún blasón mas concretamente se trata de la "casa del rey". Un perro ladra a destajo hasta que la dueña sale y lo amansa.


Iglesia antigua San Millán abad




Vemos la iglesia restaurada, estuvo tan en ruina que se hundió el techo en los años 60.












Iglesia nueva
E hicieron una iglesia nueva para que los feligreses no se quedaran sin servicios religiosos. Ignoro quien  fue el autor del proyecto algo de lo más estéticamente horrible que he visto en mi vida, y eso que he  visto muchas barbaridades. Tanto que lo confundimos con un pabellón industrial. 







 En este municipio podemos visitar la "Casa del Rey" con monumental escudo coronado

Pila bautismal de San Millán de Yécora

Blasón casa del rey















San Millán de Yécora (Paca Sapena)



A la salida de Treviana nos dimos cuenta de una cosa. Habíamos quedado en sacar panorámica del pueblo y ver una casa con escudo que nos comentó un paisano. Y nos quedaba de ver el tesoro de Treviana, su ermita románica de la Concepción. Como a la salida del pueblo vimos una carretera que se dirigía a Herramélluri y pensábamos volver por ahí y puesto que en San Millán de Yécora termina la carretera y tenemos que volver pues hicimos eso, volver. 

  
Ermita de la Concepción
 Justo a la entrada teníamos el indicador y nos dirigimos hacia el cementerio. Allí se encuentra lo que queda de la Ermita de la Concepción, un precioso ábside románico  muy bien surtido de hermosos canecillos. De la ermita se aprovechó lo que quedaba en pie como pared cuando se hizo el cementerio y posteriormente fue restaurada. Sorprendentemente en la placa conmemorativa no figuraba el omnipresente nombre del "jefe".



Y en la carretera encontramos esta casa fechada en 17...



Y aquí se nos acaba la historia. Tomamos carretera de Herraméllri, Los campos están preñados de agua que sale por doquier, paramos un momento en una ermita dedicada a San Isidro, otro momentico el el puente sobre el Tirón, echamos una habladilla con un paisano que tenía ganas de hablar  y nos fuimos pa casa. Eso es todo

Hasta la próxima
Salú pa tós.






























martes, 17 de febrero de 2015

9.- Por las Alpujarras de la Rioja I El Collado Bucesta Santa Marina.

Jubera y el castillo

 Hoy nos vamos  adentrar en lo profundo de la sierra riojana. Nos vamos a las tierras del alto Jubera.

Castillo de Jubera
Ha salido buen día y hemos decidido dar una vuelta por Las Alpujarras de Cameros. Toca dar una vuelta por la zona alta, Santa Marina tiene la fama de ser el pueblo habitado a más altura de la Rioja, aunque al repoblarse alguno como el Horcajo algunos lo discuten.
A pocos kilomeros de Logroño existe un recóndito valle cerrado entre montañas. A éel se accede a través de un estrecho desfiladero.que en su día estuvo defendido por dos fortalezas una a cada extremo. Por el norte el catillo de Jubera que todavía se muestra erguido sobre un roquedo domina desde su cima toda la parte baja del valle hacia el norte y el paso del río hacia el sur. Por la entrada sur las ruinas de la fortaleza de Robres del Castillo dominan la otra entrada.

Desfiladero del río Jubera
El río en unos tres kilómetros forma una profunda hoz entre escarpadas laderas por donde solo caben la carretera y el río. Hoy baja un poco cargado por el deshielo pero en las riberas se nota el nivel de la última crecida.



Restos de la fortaleza de Robres
Robres del Castillo.


 
Subida a Santa Marina.
Una vez pasado Robres del Castillo a unos dos kilometros tomamos a la derecha una carretera que en un ascenso vertiginoso nos sube a la parte alta de la sierra. Luego se suaviza la pendiente y la carretera se acopla más a la ladera. De vez en cuando algun pequeño poste nos indica que por ahí pasa un camino cicloturista.




Entre las montañas, en laderas de carasol o al abrigo de los valles hay una serie de lugares que debido a los rigores del clima en invierno,  su altitud rondando y sobrepasando los mil metros y el escarpado  suelo hicieron muy dura la vida en estos lugares. El suelo árido y pedregoso daba poco más que pastos para el ganado, alimentos de subsistencia y no existía otro tipo de trabajo. Cuando finalizaron las repoblaciones de pinos y empezó  a haber trabajo en la década de los 60 sus habitantes emigraron a las ciudades en busca de un futuro mejor. Solo quedaron iglesias en ruina, espadañas sin campana, puertas desvalijadas en busca de algún ¿tesoro?. Había en la capital quien pagaba por algunas cosas rústicas y amigos de lo ajeno y "vándalos" de fin de semana terminaron por romper lo poco que quedaba.

Bucesta
Algunos de estos pueblos no perdieron todos sus habitantes, a otros volvió algún nostágico tras jubilarse. Y la mayoría van quedando escondidos entre zarzas y hiedras, con los tejados hundidos hasta que lluvias y heladas hagan caer sus paredes.






   


Tenemos intención de ver varios pueblos de la parte alta  y nos ponemos en marcha. Dirección Villamediana, Ribafrecha y Ventas Blancas, Jubera y Robres del Castillo. Durante el trayecto una densa niebla nos acompaña. Una vez pasado Robres del Castillo cogemos a mano derecha el acceso a Santa Marina. Una empinada carretera en zig-zag nos hace ganar altura enseguida. Abajo las torres de alta tensión se muestran y esconden tras la manta de niebla y aquí el día limpio nos deja ver la amplitud del paisaje.  


Dehesillas

A mitad de la subida vemos entre unos árboles lo que parece ser las ruinas de una torre.  Entramos por el camino picados de curiosidad. Nos acercamos y allí nos esperan pacientes las vacas, con mirada entre curiosa y desconfíada. Apenas cuatro paredes en pie con la maleza a punto de devorarlas.





Ya no suena la campana.




 Es la antigua aldea de Dehesillas perteneciente a Robres sobre una pequeña planicie en la ladera.










Una espadaña sin campana nos indica lo que debió ser la iglesia de Santa Catalina. estamos ya a más de 1000 metros de altitud en concreto 1015 metros. En su día allá por 1910 Dehesillas, como aldea de Robres del Castillo, tuvo su mayor población, 14 habitantes que tras la guerra civil aguantaron unos años con los jornales que daba la repoblación de pinos y quedó abandonada en 1950.



De la antigua iglesia dedicada a Santa Catalina
solo quedan en pie alguna pared y esta espadaña muda, sin campana.
El único sonido que oimos son las esquilas del ganado que pasta a sus anchas en los prados.




Ver más en estos enlaces.
 Dehesillas
 Patrimonio olvidadodelarioja Dehesillas
La rioja en mi blog. Dehesillas
Dehesillas Carlos Sieiro del Nido


El Collado

Una vez que hemos echado un vistazo a las ruinas volvemos a la carretera. Como otras veces no hemos podido pasar por la nieve.nos dirigimos a El Collado. Alli viven tres personas que cuando nieva un poco se quedan aisladas una semana. La luz se consigue con placas solares y unos pequeños molinos eólicos que se oyen zumbar sobre los tejados.
Para llegar a El Collado hay que tomar una carretera que sale por la derecha. Hay distintas rutas ciclosenderistas que permiten acceder desde distintos puntos. Tras subir una pendiente la pista empieza a bajar  hasta que el pueblo aparece a la vuelta de una curva.


El Collado
Llegamos al pueblo y dejamos e coche al borde de la carretera. Vemos a un hombre  mayor con una carretilla. Lleva leña. Aquí los inviernos son duros hoy ha helado y hay que tener bien alimentado el fogón.
Nuestro objetivo es saber si desde aquí se puede acceder andando a Bucesta, y eso le  preguntamos. Nos indica un camino que baja al río y después una senda por donde en poco más de media hora estaremos ahí.





El Collado, dependiente del ayuntamiento de Santa Engracia de Jubera, tuvo en 1900 118 habitantes que en 1960 eran solo 48 y en 1970 quedó despoblada. Ahora hay bastantes casas reparadas que son utilizadas en verano y cuenta con tres o cuatro personas que viven de forma permanente. La electricidad la consiguen con placas solares y pequeños generadores eolicos colocados sobre los tejados. Cuando caen nevadas un poco fuertes el pueblo se queda incomunicado durante varios días.

San juan Bautista de El Collado

 En la iglesia dedicada a San Juan Bautista se encontraron en 1985 pinturas murales en forma de retablo, con escenas de la vida de San Juan Bautista, posiblemente de época medieval que fueron retiradas y trasladadas a Logroño para su recuperación. Desconozco donde se podrían ver.


El Collado (Carlos Sieiro del Nido)
El Collado, patrimonio olvidado de La Rioja (Diego Marraco)


Vemos un pueblo sobre una ladera es Bucesta. Preguntamos a un vecino si hay camino y nos indica por donde ir. Bajamos por un sombrío helado hasta bajar al río que cruzamos y se convierte en una senda. A este lado de carasol el camino está seco y es más agradable de andar. En aproximadamente una hora nos plantamos allá llegando a las primera eras.


Tras pasar el río y subir por una senda un poco incómoda llegamos a Bucesta. Aquí se supone que vive una persona pero no vemos a nadie. Paredes semiderruidas, vigas caídas, maleza entre las casas, el abandono es evidente.







Bucesta

 Aún quedaban casas aguantando en pie cara al sol con los tejados muy deteriorados. Algunos tejados son de grandes lajas de piedra. Un poco mas al norte como a 500 m sobre la ladera queda en pie una ermita. Ahí es donde estaba el antiguo pueblo de Bucesta que  se trasladó al emplazamiento actual. Según dicen la población pereció envenenada por una salamandra. Parece ser que aquí habita una persona aunque no vimos a nadie.


Bucesta
La zorra de Bucesta
Bucesta (La Rioja en mi blog)
Bucesta y Reinares


A un par de kilómetros siguiendo río arriba está Reinares. De momento no sabemos el camino y tampoco pretendemos arriesgar mucho. Luego nos enteraríamos que el mejor acceso es desde la carretera un poco al lado del empalme de El Collado. Así que lo dejamos para otro día. Tras cumplir con el primer mandamiento del excursionista, "no te quedarás sin almorzar por nada del mundo" ligero si, que ya el colesterol y los trinosequé se nos dispara. Volvemos por la misma ruta que ya va deshelando y vemos a lo lejos la torre de El Collado.
Volvemos al collado donde echamos una habladilla con una vecina, nos cuenta los problemas que tienen en invierno, y otros mas que no son de nuestra incumbencia. Nos enteramos de tos los asuntos como si estuvieramos en el pleno municipal y luego el vecino de la carretilla nos invitó a un trago en su casa. Era ya entrado en años y no le gustaba mucho la capital, solo pa lo necesario. Resulta que era amigo de los suegros de un compañero así que la conversación se alargó un poquico más

  Como todavía nos queda tiempo vamos a buscar el acceso a Reinares  Que parte de la carretera bajando por el arroyo. 
 Volvimos sobre nuestros pasos dirección Santa Marina dejando atrás el zumbido de los generadores de los tejados.



El patriarca

Ya en la carretera se nos acerca el comité de bienvenida. No se crean quen eran los vecinos de Santa Marina, a quienes llegamos a conocer a todos  en un día excepto uno que estaba en el hospital.


No, eran una cuadrilla de ocho o nueve borricos que lamían gustosos la sal esparcida para la nieve y que no hay vez que subamos que no fallen a recibirnos. Se acercan curiosos, meten la nariz por la ventanilla y nos siguen. Se han hecho amigos nuestros.
















 A la llegada al pueblo una cinta  nos corta el paso. Es para que no pase el ganado. Las calles limpias, las casas de mampostería de piedra seca y los tejados de losa de piedra nos trasladan a otro mundo. Las lajas son enormes, Las calles irregulares se dispersan por la solana. Un gallo y varias gallinas coloradas corretean por la nieve.




 

Un gato descansa al sol sobre el tejado, y los lugareños se afanan por tener accesibles las puertas de casas y corrales. La nevada fue intensa y las montoneras de nieve continúan a la sombra. Tan solo 8 vecinos viven aquí de forma permanente. Reclaman una línea electrica que no les haga depender de paneles solares y pequeños aerogeneradores. Aquí la vida es dura en invierno.  



Antiguo horno de pan


Todavía se conservan algunos elementos como este antiguo horno de pan













Y tras echar una habladilla con los vecinos, sobre como viven, o sobreviven tornamos hacia la capital.
 



 






A la vuelta en medio de la carretera nos topamos con tres o cuatro buitres. Ni se asustaron, simplemente se apartaron un poco y se hicieron a un lado. Sus torpes movimientos indicaban que habían almorzado bien. Paramos un poco más adelante a observarlos y vimos que bajo un ribazo 20 o 25 ejemplares estaban dando buena cuenta de un potro. 


Estos sí que se pegaron buen almuerzo.

Hasta pronto y salú pa tós