viernes, 18 de agosto de 2017

77 Loarre. El guardián de Aragón. I


       







 He de reconocer que este verano estoy un poco vaguete. No se si las olas de calor, la galbana o simplemente que prefiero estar tumbarreau a la sombra, pero aquí estamos otra vez.
Hemos elegido este lugar del prepirineo aún con dudas sobre si nos íbamos a asar al amor de Lorenzo. Estamos todavía a primeros de Agosto y cuando calienta lo hace a gusto.

Como en cierta ocasión hace bastantes años la carretera de Ejea estaba como estaba, o sea estrecha y mal asfaltada, decidimos ir por la parte de arriba, por Estella, Tafalla  y Sanguesa a Liédena y seguir la autovía a cascos hasta Puente la Reina de Jaca y bajar luego por el río Gállego hasta Ayerbe, a un par de pasos del Castillo.



 
Y ahí nos presentamos casi a las doce del mediodía, ante la mole imponente de este edificio que sirvió a la vez de fortaleza y de monasterio.
Así que sacamos la entrada pa los tres jubiletas, con guía que nos iría explicando los pormenores y aventuras del lugar.

Andaban a la gresca por aquellas fechas de principios del siglo XI, por un lado las familias de estirpes cristianas del pirineo, y por otro los señores bajo control musulmán, los primeros en el monte y los segundos en el llano o somontano.
Los cristianos tenían la defensa en las sierras del prepirineo que separan la zona de Jaca de la de Huesca pero los musulmanes dominaban las tierras mas ricas y fértiles del valle y la llanura. Y estaba muy claro que los cristianos deseaban la posesión de esas tierras para asegurarse la manduca de cada día.



Así las cosas a un rey de la zona, navarros y aragoneses andaban emparentados continuamente, y tan pronto unificaban como dividían los reinos entre los hijos, se le ocurrió la idea de fortificar esa roca para vigilar a los enemigos que de vez en cuando osaban internarse por el territorio para llevarse lo que podían y darle fuego a campos y villas que encontraban de paso.

Pero antes que los reyes pirenaicos ya anduvieron por aquí los romanos que dejaron como testimonio alguna monedica y algún que otro adorno y dicen los entendidos en el tema que cerca de aquí pasaba una calzada romana que iba de Zaragoza a algún lugar del sur de Francia, y antes que ellos otros más antiguos que dejaron sus restos en una cueva. Restos que fueron hallados por casualidad cuando alguien metió la mano en un cavo de conejo y en vez de conejo sacó una "canilla" humana.
La cueva sepulcral de Loarre (A García Omedes)

Conforme nos vamos acercando al pueblo de Loarre se va adivinando el castillo que se camufla entre el paisaje. ¿es, no es? Parece que si, que además de las rocas se intuye que hay algo construído. Y efectivamente lo es. El castillo se confunde con los colores de la tierra y de la roca.

Acceso a original (A salto de mata)
Llegados al pueblo tomamos una pista hacia el campin. El edificio se torna cada vez más altivo y desafiante. !A ver quien se atreve..... ! Las paredes de la iglesia, cimentadas directamente sobre la roca viva parecen decir lo mismo !A ver quien se atreve.....! A sus pies la muralla y la torre vigía o albarrana. !A ver quien se atreve....!


 Original  Castillo de Loarre (A. García Omedes)


Ya metidos en harina, mientras íbamos subiendo fuimos escuchando las explicaciones del guia sobre el entorno geográfico, las posiciones de los musulmanes en Bolea, de como se instaló una comunidad de Agustinos en la fortificación, como este bastión fue quedando en el interior del reino perdiendo su funcionalidad militar y el abandono y traslado de sus moradores a la fortaleza de Montearagón más cercano a Huesca.

 Original  Castillo de Loarre (A. García Omedes)



Por los entonces del primer milenio un rey se había hecho con el gobierno y posesión de la mayoría del territorio cristiano en esa época. Mediante alianzas y pactos matrimoniales llevaba las riendas de los territorios de León, Asturias, Castilla, Navarra y Aragón. Su nombre Sancho III el Mayor. Sus territorios llegaban bastante al sur en Castilla pero en la zona pirenáica  desde Huesca hacia el sur dependía de la taifa de Zaragoza.

En el cuadrante superior izquierda sobre la peña y la parte que queda detrás se situa el castillo primitivo.

Y eligió ese punto rocoso de  Loarre para levantar una fortaleza desde donde se divisaran los movimientos de los musulmanes, especialmente los asentados en Bolea  a pocas millas de ahí. También desde aquí se podían divisar los movimientos por el valle del río Gállego que es el paso natural hacia la zona de Jaca para atravesar los Pirineos.
Unos opinan que aquí, otros que en Bolea y otros que en Gurrea de Gállego debió tener su asentamiento el lugar romano de Calagurris Fibularia y que estas tierras fueron atravesadas por una calzada romana que unía Zaragoza con el Bearn francés.





Cierto o no lo de los romanos, el rey de Pamplona ordeno edificar la fortaleza en la parte superior de la peña y así se hizo. Es la parte superior del conjunto donde se encuentra la capilla antigua, la torre del homenaje, la torre de la reina y el aljibe. Baluarte de  tamaño no muy grande pero muy bien situado.
 Y situado directamente sobre un peñasco calizo se imposibiltaba que fuera minado, esto es excavado bajo sus muros para que éstos se vinieran abajo. 





La llamada torre del homenaje ejercería las funciones de torre albarrana o de vigía desde el punto más alto y dominante del paisaje.


Torre de la reina
Pasaron los años y en menos de un siglo cambia la situación geopolítica. Los dominios territoriales de Sancho III fueron repartidos entre sus hijos, A Ramiro I le toca Aragón quien incorporando los condados de Sobrarbe y Ribagorza da inicio al reino de Aragón. El territorio es bastante pequeño y montañoso y necesita expandirse.

Si durante los siglos VIII al X la función principal de la Marca Hispánica, que ocupa toda la zona de los Pirineos, es la de hacer de barrera de contención a la expansión musulmana tambien existe un contacto bastante fuerte entre ambas vertientes del Pirineo, especialmente en las zonas donde la montaña es mas permeable, las zonas de paso menos agrestes o más bajas. Por esos contactos irán entrando las nuevas ideas procedentes de Francia y el resto de Europa. Esa es la puerta de entrada de las reformas de Cluny y del arte románico. Porque si por algo es importante el Castillo de Loarre es porque en la actualidad es el castillo de origen románico mejor conservado de Europa.



 Será el hijo de Ramiro, Sancho Ramirez quien expandirá el castillo hacia 1071 y ordenará construir la nueva iglesia integrada en la fortaleza.
 
Las fronteras han avanzado muy poco pero el papa Alejandro II incita a la lucha contra los infieles, a la conquista de sus territorios, a echarlos del país.

Envuelto en luchas dinásticas y palaciegas al monarca o a algun consejero suyo se le ocurre la idea de someterse al papado, a ser vasallo suyo, lo cual le convierte en la práctica en intocable, está bajo el amparo del poder de Dios.Y ambos salen ganando, el monarca obtiene protección y el papa paso libre para eliminar el rito mozárabe e instaurar el nuevo rito romano. Siguiendo esta vía se expande el arte románico por Aragón.
Sancho Ramirez mandó construir un nuevo templo, de generosas dimensiones Que se tiene que adaptar a un terreno donde parece imposible construir. Adaptándose a la roca base se construyen dos criptas y una escalera de entrada que queda bajo el templo. Una de las capillas se dedica a Santa Quiteria, la otra sirve de alojamiento al cuerpo de guardia.

Se observa claramente la diferencia de altura entre la base del ábside y la base de la muralla.
Por un lado las criptas logran la nivelación del suelo de la iglesia, por otro consiguen dar a las paredes exteriores una altura considerable, un muro inexpugnable.

 Con la llegada de los agustinos  llega el románico, para la construcción de esta iglesia se trajeron canteros franceses de la zona de Toulouse que tallaron los capiteles y la portada desaparecida. Dicen que si se levantaran las losas de  la cripta estarían las tallas de cara a la tierra. Aquí convivirán separados por un lado la comunidad monástica y por el otro la guarnición militar.

Y pasados unos años se construyeron unas poderosas murallas exteriores, defendidas por  torreones semicirculares excepto uno, el que defendía ala entrada.  Dentro del recinto quedó el poblado que con los tiempos terminaría abandonando este asentamiento y bajando a terrenos menos agrestes.

Acceso a original    En la parte de abajo el poblado nuevo

Once torreones cilíndricos, y uno cuadrado, que sería posiblemente la puerta de entrada principal, forman un muro que se va adaptando al terreno de forma semicircular.

Castillo de Loarre (A. García Omedes)

Con el tiempo la línea de frontera se fue alejando y el recinto fue perdiendo su función de fortaleza tomando un caracter quiza más residencial, al quedar destruído muchas de sus funciones son imaginables pero sin pruebas que realmente lo ratifiquen.
Tanto la comunidad monástica como la guarnición militar son trasladados en breve tiempo al castillo de Montearagón a escasa distancia de Huesca. 

El recinto fue vendido o empeñado en tres ocasiones siendo la última e la que quizá tuviera una mínima función defensiva, Violante , la abadesa de Trasobares la tuvo que entregar en rendición en 1413 y ya en tiempos de Juan II de Aragón, a finales del siglo XV quedó relegado al olvido.

En el siglo XVII dos personajes nos dejarán constancia del estado de la fortaleza en esa época. El primero Don Gaspar de Galcerán de Pinós y Castro, a la sazón Conde de Guimerá, hereda de su abuelo, el Conde de Ribagorza, el interés por las cosas antiguas y especialmente por las de origen romano. El segundo Vicente Juan de Lastanosa, Señor de Figueruelas, fue un erudito oscense poseedor de una gran biblioteca que mantuvo una buena relación de amistad con el primero hasta su muerte ocurrida en 1638.
El primero encargó que se hiciera una copia del beato de Fanlo, realizado en la época de la primera fortificación de Loarre, que hoy se encuantra depositado en el Museo Metropolitano de Nueva York, cuyo original acabó destruído en un incendio de la fortaleza-abadía de Montearagón.

El Conde de Guimerá encargó a Vicente de Lastanosa que se ocupase de que hicieran unos dibujos de la fortaleza de Loarre, pues pensaba que esta era de origen romano. Son seis dibujos que se incluyen en el llamado "Codex Valentinus"


Dibujo de Lastenosa (A. García Omedes)

 
Dibujo de Lastenosa (A. García Omedes)

Y nos vamos hasta un par de siglos más tarde, el olvido ha vuelto a dominar al gran bastión aragonés.
Un escritor y viajero romántico de origen mallorquín volverá a despertar el interés por la monumental fortaleza. Será seguido por otros viajeros y con el tiempo se conseguirá que en 1906 sea declarada monumento nacional. Unos años mas tarde se hace una propuesta de restauracióna cargo del arquitecto de Zaragoza Luis de La Figuera Lezcano  quien en 1917 publica una descripción de como se hallaba el castillo en 1913 incluyendo valiosas fotografías.










Panorámica hacia el sur
Y después de la restauración volvió a quedar más o menos adormecido. Fue cogiendo fama y fueron aumentando los visitantes, el recinto estaba sin vallar y la entrada era libre a cualquier hora. Además el cine y la televisión los utilizaron para filmar escenas del medievo y fantásticas. Y lo que podría significar su salvación también podría convertirse en la ruina del edificio. Y habría que tomar medidas, había que limitar la entrada masiva y encauzarla, y además explicar al visitante las circunstancias históricas del monumento, sus avatares, el paso de los siglos.  en el año 2001 se procede a una nueva restauración Y en el año 2005 se implanta el control de visitantes. Mediante el pago de una entrada, no muy cara, se puede disponer de audioguías o incluso de guía quien nos dará las explicaciones pertinentes a lo largo de la visita. Nosotros tuvimos la suerte de que era día laborable, que para nosotros ya no existen, y no había exceso de gente. Esperemos que vista la experiencia de otros lugares de afluencia masiva no sea necesaria ni la reserva previa ni acotar en número los visitantes.

Desde estas líneas me gustaría agradecer al Dr. Antonio García Omedes el trabajo ingente que ha realizado para la difusión del románico y de este lugar en particular.


 Aquí les dejo el acceso a su página.

Castillo de Loarre (A. García Omedes)
 Castillo de Loarre Arteguías

No se vayan Vds que aún no he acabado, el tema es muy extenso y continúo en otra entrada.
Agosto de 2017
Salú pa tós



































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